EL SOL QUE ABRAZA
Hoy el niño de aire se ha fugado al destiempo
entre el jardín de las flores que yacen del asfalto
y estrellas de ingenuos colores que viven en su cabeza.
Hoy camina lejos de los dientes fugaces que aún se clavan en sus labios
y de aquellos hombres de afable hedonismo
que se ahogan dentro de su pecho;
como agua incierta de deseos
y de las manos apacibles que ya no toman a nadie.
Pero aún hay soles que siempre rescatan sus piernas
de gente que se ahoga en el intento
de besos pálidos que sellan sus distancias,
un sol que nunca agoniza y repara heridas que caminan
un sol que rodea sus llantos y los limpia con sus palmas,
el sol que rema inerte en sus arterias de porcelana
el sol que traza sus paredes cuando la luna se acerca
un sol que acontece sin amaneceres
y remienda las grietas crédulas de hijos azules.
Hay un sol que me salva de los monstruos modernos
y entre aguas de aliento, me empuja a la cima
es un sol que cubre,
es el sol que abraza,
el sol es mi madre.
DANIEL GOSÉF
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