JUEVES, 26 DE MAYO, 2022

MY, MYSELF


Vengo del aire que resquebraja el respiro
donde las semillas germinan del invierno lúcido
donde la danza de idilio termina hecha polvo.
Hay instantes de tormento que lloran si se arrancan, 
pero lo hago,
y el verano se aparece entre flores como un ave que alula
y las sonrisas de mi torso vuelven a enroscarse
como violines que uniforman los colores de mi alma
y un espejo que me abraza desde el tiempo que se ha roto.
Aquel niño de aire ya no espera inerte la paciencia de un beso
ni el canto alegórico de una boca que se esconde en las falacias, 
pues sus manos de afecto besan la caricia de su propio cuerpo
y el amor que buscaba en la ciudad de los monstruos modernos
ahora crece en el reflejo de sus pestañas 
como dos aureoles sólidos que se besan 
entre la intrínseca nota cálida 
que se danza consigo mismo. 

DANIEL GOSÉF

 DOMINGO, 08 DE MAYO, 2022

AZUL COBALTO

Hay tormentas hilantes que resbalan en la espalda de la noche
y dos nudillos que se ahogan en la cima de la garganta 
como un intrínseco azul de acuarela
y treinta años que desgajan de la tierra; 
van inmersas entre el soplo de un viento 
y dos ojos de mareo invisible que termina en llanto
como un cielo quebradizo que adormece 
y una mano de amante que aún no existe; 
hay tormentas naufragantes que agonizan en la espalda de la noche
y entre el metal de las aguas agobiantes 
viajo encima de los deseos secos 
como una flor de invierno en el asfalto
como nubes de cansancio arrítmico 
como un azul intacto que corrompe en el cobalto. 

DANIEL GOSÉF

 LUNES, 02 DE MAYO, 2022

Alma de Elefante

Un instante de desvelo se acercó al viento de su alma
entre sus ojos morenos que orquestaban las disturbias
de entre mil palabras que acarreaban las elipsis
y un elefante de aire que acercaba su templanza;
estas obras rotas se hilan en piezas del aliento
como piedritas que edifican un solecito fracturado 
y anhelos derretidos que aun se encajan en los sueños;
entre el rosa de su cielo y dos aureoles por sentir.
Un instante recíproco se acercó a aquel hombrecito 
y un abrazo de consuelo ya florece entre elefantes 
sin distancias apaisadas en el puente de su afecto
como un espejo que dimana del quererse;
hay un alma que divaga en esta tierra
y entre las claras lunas de la noche 
sus pasos anhelantes del cálido fulgor 
ya van camino al reflejo de su encuentro 
como un elefante que rema en el fuego
y una vida que le espera por volar. 
Daniel Goséf